Dedicado a mi amiga DIANA
Observo la glicina y mi malvón
y siento el corazón
como una escarapela...
siento muy vieja el alma
como esa foto sepia de la abuela,
pero creo escuchar un bandoneón
arrugado y dulzón
una noche cualquiera.
Un felino guiña el ojo
mientras mira al jilguero
de reojo...
y mi perro respira cerca mío
atento a los sucesos
vaya a saber qué piensa en su bostezo
de este tibio atardecer, tan desparejo
como la vida misma, allá a lo lejos...
Salgo a la calle, y pasan unos chicos
y un pobre loco recitando sus poemas
despeinado y sonriente
con el pucho en su oreja
y una flor que recogió,
para su vieja
del baldío abandonado
como él, en esa esquina...
Lo mismo que esa mina
resignada barriendo la vereda,
muy seria, ensimismada
evocando su vida...
ese cacho de nada,
que le da estilo propio
a su mirada
esperando tal vez, la coartada...
Entonces guardo todos los papeles,
en prosa, en verso
sin métrica, asonantes
con gotitas de tinta, palpitantes
que tal vez escribí una madrugada
leyendo los mensajes
de los que admiran a mi amiga Diana
...y son poetas...un tanto delirantes
Y ¿me retiro?
¡jamás, no es propio de juglares!
aflojar por mis tontos avatares...
después de tantos años
de aventuras
luego de llantos, de risas, de locuras...
de teclados, y amigos caraduras,
y el Sitio quedará en otros lugares..!
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