martes, 9 de octubre de 2007

EL VIEJO Y EL NIÑO


El anciano, en el banco de una Plaza
miraba el cielo,
sonriendo satisfecho por su vida…
mientras al frente, sentado sobre el pasto
un niño miserable acariciaba
el milagroso sachet con pegamento…
El primero daba gracias
a Dios por esa vida tan longeva
de sutiles altibajos llevaderos…
y el chico atesoraba los dos pesos
que a la suya la hicieran placentera
por el paco bendito, su quimera…
El viejo caminó, se acercó al pibe
muy tierno, acariciando su cabeza
y diciendo, si vas para tu casa, o tal vez
quisieras ir para la escuela…
El nene lo mirò, largando el humo…
y le dijo que no, con la cabeza.

El hombre subiò a su auto y
haciendo pocas cuadras fuè a una iglesia…
se arrodilló muy serio frente a Cristo
y rezó de memoria unas cuartetas
bostezando miró que eran las doce
pensando en el almuerzo, y en su siesta.

El pebete pensó
qué bueno el viejo, que quiso acariciarme la cabeza...
y me quería llevar hasta "mi casa"...
¿no se avivó que yo vivo en esta plaza?
¿estará medio loco el vejestorio?...
¡si yo nunca pisé ninguna escuela!

1 comentario:

Ligia Melo Martínez dijo...

"El viejo y el niño": Precioso, sentido, real, desgarrador...y pudiera seguir... pero solo voy a poner un largo etc.

Felicidades!

Ligia.