Dedicado a mi Esposa
Aquella tarde, la ví cruzar la calle
y era un ángel, quebrando mi razón…
el de la zurda pegó tal sacudón:
quedé tarumba, lo juro por mi madre.
Miré a mi amigo, y le dije, ché compadre
¿quién es aquella piba de celeste?
y contestó, con aire indiferente
¡Con esa no, soy vecino de sus padres!
Y aquel temblor, número siete de mi escala
me ha sacudido, aún, hasta el presente…
y no la puedo piantar ya de mi mente:
viejo y con nietos, canté la generala!
Cincuenta y cuatro pirulos ya pasaron
y si me falta un segundo ya me piro…
porque estoy tan otario…que suspiro
cuando vuelve de hacer algún mandado.
Pasó así el tiempo y ni nos dimos cuenta
porque el Amor fue tan posta y es tan puro
que un rato antes de quedarnos duros…
repetiremos “zaguán”, junto a la puerta!
lunes, 20 de agosto de 2007
ELLA CRUZABA LA CALLE
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