Siempre estaba parado en esa esquina
campaneando, del semáforo, la roja…
con su moco tan verde en las narinas…
un balde, agua roñosa, y una brocha
Se acercaba a tu auto, ojos grandotes…
inolvidable sonrisa, ropas rotas…
y ensuciaba el parabrisa a los “casotes”…
después pasaba una franela chota
Con las manitos negras te imploraba…
una propina para irse al Cine,
y de costado, un ojo te guiñaba…
y…te “ganaba” su carita triste
Todos los días, pasaba y me paraba
aunque no precisara ese camino…
para que aquél pebete se acercara…y
bendijera mi día con su guiño…
Después no lo ví más, lo extrañé mucho,
pensé que habría “levantado”el vuelo
y aspiraría un pegamento trucho…
ó estaría volando por el Cielo…
Hace dos noches, tuve un sueño hermoso,
y volví a ver su sonrisa, muy sereno:
de la mano de un ángel presuroso
que lo llevaba a visitar al NAZARENO!!
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