martes, 21 de agosto de 2007
ROBO EN EL SÚPER
El morochito corría por la calle
ya sin respiro, portando los paquetes
del supermerca, rajando y a los cuetes
y se sentía como Juan Lavalle…
Un chafe gordo con un larguirucho
lo seguían de atrás, y a duras penas…
el panzón, muy colorado y con sus venas
hinchadas por morfar, y darle al pucho.
El larguirucho, muy delgado y ya sin fuerzas
revoleaba la cola como un tungo
junando desde arriba, - era muy lungo -
buscando al negro, entreverado con la mersa.
Al llegar a la esquina, un atorrante,
hizo que tropezara el primer cana
que al chocar con el flaco, se hizo nana
y el morenito piró, lo más campante.
El que lo sorprendió de veras fue aquél Chino
que lo siguió hasta la Villa en bicicleta…
y le dijo riendo: no corneta…
y conozco su hermana, linda mino…
Y resultó que perdonó al muchacho,
él, que estaba tan enamorado…
los bultos terminaron regalados
y la yuta quedó para el caracho!
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