martes, 21 de agosto de 2007

MIS VECINOS DE FLORESTA


El barrio de Floresta, donde viví más de medio siglo, me hizo conocer la Felicidad de los juegos, de la Amistad Verdadera, y de la Sana Convivencia entre los niños, los jóvenes y los adultos que el Creador me asignó como Seres Gregarios.- Los niños, hablábamos el mismo idioma, pero no sucedía lo mismo con los adultos, que lo hacían en distintas lenguas desconocidas, que provenían de diferentes latitudes muy lejanas.-Los grandes hacían un esfuerzo enorme para hablar como nosotros, a pesar de lo cual algunas veces no lo conseguían, pero como sobraba Amor, nosotros también tratábamos de entenderlos, y la paciencia mutua daba sus frutos.- Se escuchaba hablar Árabe de origen Sirio - Libanés, tanto en Judíos Sefaradíes como en árabes Musulmanes ó Cristianos.-Otros Judíos, de origen Ashkenazi, hablaban en un variado Idish según su proveniencia, ya fuera de Polonia, Rusia, Bulgaria, Holanda, Alemania, etcétera.- En alguna oportunidad se escuchaba hablar en Ladino, esa musical mezcla de Español y Hebreo, como me sucedió en la casa de la familia Toledo, que me dejara tan exquisitos recuerdos.-

Siendo un niño, algunos fines de semana era requerido por algunos vecinos, en sus casas, para avivar las brasas del fuego en sus antiguos fogones para carbón, ó ayudarlos con la llave de la luz eléctrica, si ellos no debían hacerlo: y no puedo olvidar lo importante que aquello me hacía sentir… Y también supe hacer el esfuerzo, durante años, de ir aprendiendo a hablar rudimentariamente algunas palabras ó frases de sus idiomas: tampoco podré olvidar la alegría que esto les causaba, sobre todo a los más ancianos, con tan poca cosa de mi parte.- Algunas veces ví adultos, en el barrio, reclinándose sobre alfombras en una determinada dirección, que cuando crecí me explicaron que se trataba de La Meca, la ciudad Santa, origen del Islam.- Mientras en la mía y en la mayoría se hablaba el castellano y se practicaba el Cristianismo, en otras casas vecinas conocí la Messusá y fui aprendiendo lo que representaba.- Y ví a muchos ancianos aspirando el Rappé en sus narices, y llamarme cariñosa y respetuosamente “Jaqím”, cuando años después era su médico…Y también supe de las comidas Kasher y Taref, ya que me permitían compartir su mesa, y nada menos que eso…Y comí pan sin levadura con mis vecinos, y con otros disfruté del Kippe-Neie…Y también aprendí el profundo significado del Sukkot, del Kaddish, del Seder, la cena del Sabath, del comportamiento de un verdadero Muslim (creyente) y lo que es Wayib ó Haram, es decir, lícito ó prohibido.- Toda mi área del Conocimiento se fue ampliando con la Convivencia, el Respeto mutuo y el Amor con mis vecinos y amigos de toda la vida.-Cómo olvidar a bellas familias tales como Nazar, Saín, Babor, Farja, Farje, Farjat, Tebele, Abbas, Romano, Curiel, Amra, Catri, Said, Saieh, Kleiman, Weinberg, Aspromonte, Fallah, Osen,Tiba, Clemente, Crespi, Facciuto, Brinati, Dragonetti, Giovanetti, Lepre, Atar: ¡Cómo hacer para registrarlas a todas en mi limitada memoria!- ¿ Cómo olvidar aquella tarde en que, siendo estudiante de medicina, volvía de la casa de Marcos, mi amigo de la otra cuadra, y ví un chiquito llorando en la puerta de los Saieh, y al entrar me encontré, en el dormitorio, con el cadáver de María, la enferma de Lupus, mientras su hijito más pequeño, seguía intentando mamar de la teta de su madre?. Fueron golpes insoportables en medio de hermosos recuerdos, a la distancia que produce el paso de las décadas…

Mi carrera profesional, y el cumplimiento de mi Juramento Hipocrático, me llevó a asistir a todos los seres humanos decentes, buenos, y de todo tipo, incluyendo, excepcionalmente, a otros que eran todo lo contrario, incluso asesinos que purgaban sus culpas en un merecido encierro, ó gozaban de una inmerecida libertad, pero necesitaban de alguno de mis conocimientos, y entonces los asistí, ya que soy Médico, no El Juez Supremo.-

Finalmente, traté de leer detenidamente el Antiguo Testamento, y la historia del pueblo Judío, así como la Torá; el Nuevo Testamento con los cuatro Evangelios clásicos.- También profundicé mi conocimiento sobre el Islamismo, y leí lentamente el Corán, con sus 114 capítulos ó Suras…

Y todo esto, produjo tres resultados lógicos: El primero, un profundo rechazo a todos los Fundamentalismos.- El segundo, saber que las tres religiones Monoteístas clásicas, lejos de tener diferencias, sólo contienen Coincidencias.- El tercero, haberme inspirado este humilde trabajo que he titulado “Mis Vecinos de Floresta” dedicado a toda la Humanidad, especialmente a mis amigos y vecinos del barrio de Floresta.

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