miércoles, 22 de agosto de 2007
UN 13 DE MARZO
Fue un día como este, que nació mi vieja…
y de esa madeja comenzó mi historia
que por simples cosas tengo en mi memoria
con esta congoja que nunca me deja.
Me llevó en su cuerpo y a mundo traviesa
y me inyectó genes que como un capricho
son tan enredados, parecen gualicho…
como obra maestra de tan noble empresa.
Un día como este yo heredé el embrujo
de tener mi madre y sin darme cuenta
que tenía un campo, perfumes de menta
de rosas, jazmines, y todos los lujos.
Muy poco le dije, por varón y parco
como es la costumbre de gente inmadura
que solo defectos, marca con premura…
y la indiferencia pone como marco.
Y así fue su vida, esperando al hijo
que se embarullaba con tantas vivencias
y experimentaba amando la ciencia
rebosando amores, que nunca le dijo.
Y se fue arrugando al paso del tiempo
hasta que aquel día le tocó el descanso
y la despedimos con su gesto manso
y sus soledades, rodeada de nietos.
Fue un día como este, que nació mi vieja
y creo que sabe todo lo que pienso
de ella es mi cariño sutil, pero tenso
y esta mi congoja, que ya no me deja…
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