Allá por los ’60 en un suburbio,
de Avenida Vergara, por Morón
buscaba el mango en el rioba sin esgunfio
y como tordo, cuadra y cuadra, a patacón
Era un boliche, que “Clínica” llamaban
donde caía “de todo”, sin razón…
y las visitas se hacían bien “a patas”
haciendo de tus “tripas” corazón
Cruzar barriales, de noche y con linterna
para atender en un rancho de una pieza,
algún negrito, con granos en las piernas,
muy febril, cagado de hambre y de pobreza
Le daba una inyección, y los “remedios”…
porque era inútil, dejarle una “receta”,
y el morocho, que no tenía “medios”
te acompañaba, otra vez, de vuelta
Y después, como a las dos semanas…
el hombre te golpeaba fuerte el hombro
y te mostraba, con risa chabacana,
los “honorarios”, contento y “sin escombro”
Y este caso fue igual a otros doscientos…
de esa gente que a vos, te avergonzaba…
y en el boliche durante tus almuerzos,c
on una copa de tinto, te invitaba
Y cerraba la escena un guitarrero
que quitándose el chambergo saludaba
y pidiendo silencio, el musiquero…
una Milonga Flor, te dedicaba!
Ya ni sé cuántos años han pasado…
pero esto yo lo escribo con el alma…
el barrio era un suburbio desdichado,
pero nunca dejó que lo olvidara
No hay comentarios:
Publicar un comentario